El movimiento noincineracióntenerife ya desde hace tiempo alertó de la aparicición dela cochinilla mexicana, que afecta a las tradicionales pencas o tuneras que supusieron no sólo un ciclo económico sino un recurso de subsistencia para personas y animales de primer orden en forma de alimento, no es que representen un daño más o menos asumible para este cultivo tradicional sino que, muy al contrario, suponen su exterminio casi total dado que arrasa por las tuneras allí por donde pasa y con una facilidad de contagio realmente extraordinaria. Bien lo saben los palmeros donde la tradicional planta prácticamente ha desaparecido en estos últimos años.
El movimiento social advierte que, si bien en islas como Lanzarote, conscientes del problema, se han tomado medidas pero en otras como Tenerife, donde está entrando con fuerza al menos por Los Baldíos, El Rosario y partes de Candelaria, los poderes públicos no parecen prestar la más mínima atención al problema y no digamos nada de los colectivos ecologistas para los que especie introducida, sea gato o lo que sea, lo mejor es que desaparezca. Pero en fin, la realidad es que es una triste pena tener que contemplar el lamentable espectáculo que nos tocará vivir los próximos años viendo como una por una desaparecen las decenas o acaso cientos de miles de pencas o tuneras se irán secando y pudriendo una por una a lo largo y ancho de la Isla.
Para noincineracióntenerife soluciones las habría, pero requeriría de una vigilancia que a la vista está que no ha existido y una intervención posible y viable que está claro que a nadie interesa pese a que en algunos casos pues sigue habiendo un aprovechamiento incluso económico mediante la venta del tradicional higo pico o tuno fundamentalmente. No parece, sin embargo, que los tiros vayan por ahí y ocurrirá lo mismo que ocurrió en La Palma sin ningún género de dudas pese a estar bien advertidos de lo que nos podía pasar y lo cerca que teníamos la amenaza. Ni caso.